Los primeros documentos que nos confirman que en el seno de la familia Barberá ya se elaboraban productos de confitería y turrones datan de 1872, pero no se descarta que ya vinieran desarrollando con anterioridad esta actividad.
Por ello podemos afirmar que la historia de Turrones Barberá, va ligada y acompaña a la de Atzeneta del Maestrat durante, al menos, los últimos 150 años endulzando las navidades de sus clientes.
Durante seis generaciones, la filosofía de Turrones Barberá se centra en la búsqueda de las mejores materias primas, apostando por los productos de proximidad en la mayoría de los casos, que confiere al producto final de una magnífica calidad.
Toda la gama de productos se elabora a partir de muy pocos ingredientes combinados de muy diversas formas, donde la base es la almendra, siempre de variedad Marcona, producida en la zona y cultivada en parte por la propia familia. También se utiliza una miel pura y natural de azahar y romero, que es elaborada por los apicultores de la propia Atzeneta.
Entre estos productos que se ofrecen hoy al público, muchos vienen elaborándose de manera artesanal desde sus orígenes, como el Mazapán, Turrón Duro o Peladilla, siguiendo las mismas fórmulas magistrales de antaño y que se han transmitido oralmente de generación en generación.
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